En todo sistema de denuncia el papel de los whistleblowers (“alertador” o “denunciante”) es indispensable. Tomemos un momento para hablar de este concepto y de la importancia que este tiene en una empresa.
1. El concepto
Aunque el término whistleblower significa literalmente “el que toca un silbato”, este se usa también para referirse a una persona que denuncia una irregularidad en la empresa en donde labora.
Siendo que dar a conocer este tipo de información puede exponer al denunciante a algún tipo de represalia, quien corre ese riesgo es, muy probablemente, una persona preocupada por las normas y el bienestar de una compañía. En consecuencia, hacer caso a lo que este tenga que decir es vital, ya que alertará a tu empresa de la comisión de prácticas indebidas o ilegales que deben ser atendidas con prontitud y seriedad.
En la práctica, los denunciantes suelen ser empleados de la misma compañía, pero también puede darse el caso de que la denuncia provenga de algún proveedor o cliente. Cabe aclarar que denunciar una irregularidad de esta naturaleza no es lo mismo que presentar una queja. Mientras que esta última tiene que ver mayormente con cuestiones de carácter personal, las irregularidades denunciadas por un whistleblower son aquellas que atentan directamente contra las normas y la buena reputación de una organización.
2. Su importancia
El papel de los alertadores representa, por lo tanto, uno de los instrumentos más eficaces para atender e investigar comportamientos o acciones que violen cualquier norma legal o política de la empresa. De hecho, de acuerdo a un informe de la ACFE (la organización antifraude más grande del mundo), alrededor del 39 % de los casos de fraude en empresas y organizaciones de todo el mundo han sido revelados por este tipo de informantes.
Prestar la debida atención a este tipo de denuncias contribuirá, entonces, a intervenir oportunamente en los casos alertados. También a minimizar posibles daños financieros para la empresa, tales como multas o demandas. Algo que es evidente en un informe presentado por la Comisión de Protección a los Denunciantes de la Unión Europea, en el año 2019. De acuerdo a este estudio, alrededor del 90 % de los alertadores utiliza en primer lugar los canales de denuncia anónima de su empresa y no otras opciones (ponerse en contacto con alguna autoridad, exponer el asunto ante un medio de comunicación, etcétera).
De ahí la necesidad de que las empresas cuenten con un canal interno de comunicación confidencial y seguro. Una vía de comunicación que, por su fácil acceso y confiabilidad, invite al denunciante a informar sobre el asunto en cuestión en primer lugar a la misma compañía. Existe la posibilidad de que acudir a esta instancia no logre el objetivo esperado o que los encargados de atender este tipo de cuestiones no actúen efectivamente. En ese caso, un informante podrá presentar su denuncia ante las autoridades competentes.
Sin embargo, si dichas autoridades no responden con prontitud a la información recibida o no le dan el debido seguimiento, el informante siempre tendrá la opción de hacer pública su denuncia.
Los informantes desempeñan un papel crucial a la hora de descubrir y prevenir diversas anomalías al interior de las empresas. Por tanto, es imperante un marco de protección y confianza para ellos. No contar con algo semejante con seguridad desalentará el que se haga este tipo de denuncias, especialmente por el temor a posibles represalias.
En suma, estar al tanto de las irregularidades en una empresa requerirá de inversión y esfuerzo. Pero, atender algo tan importante redundará en un ambiente laboral sano y en la buena reputación de tu compañía.