Los delitos dentro de las organizaciones son más comunes de lo que crees. Estos pueden ser muy variados y abarcan, entre otros, fraudes, delitos informáticos o cibernéticos, robos de bases de datos, phishing y robo de mercancía, dinero o bienes. Además, detectarlos puede ser algo complicado en la mayoría de las ocasiones.
Cómo detectar un delito en una organización
Desde AMITAI vamos a explicarte algunas estrategias que puedes llevar a cabo para identificar si has sido víctima de algún acto delictivo dentro de tu negocio:
- Usar la tecnología como herramienta de seguridad. Desde una cámara de seguridad hasta un buen firewall que proteja tus recursos informáticos pueden mantener a salvo tanto tus instalaciones como prevenir que algún delincuente pueda acceder a tu información. En el peor de los casos, obtendrás pruebas irrefutables de las acciones que se hayan llevado a cabo y serán evidencia importante ante una denuncia formal.
- Realización de auditorías internas. Si mantienes la costumbre de revisar y verificar de forma periódica tus procesos, documentos, finanzas, ingresos y gastos, será mucho más sencillo identificar si en algún momento se ha hecho mal uso de alguno de los recursos o existe algún faltante de los mismos.
- Procesos bien estructurados. Cuando somos ordenados en la forma en que hacemos las cosas en general, reducimos las posibilidades de que algo quede fuera de lugar o pueda desaparecer sin que nos demos cuenta. Recuerda que es más complicado notar algún delito en medio del caos que cuando se tiene un proceso estructurado donde cualquier diferencia, cambio u omisión salga a relucir de forma más rápida.
- Inventarios. Cuando se hace referencia a productos, el modo más sencillo de identificar que has sido víctima de un robo es llevando un estricto control de los inventarios. Si te acostumbras a revisar las entradas y salidas de mercancía (y de hacer conteos periódicos), podrás darte cuenta de si algo no está como debe.
- Testigos. Esta es la manera más sencilla de detectar cualquier acto ilícito. Cuando existe un testigo que pueda dar fe de que evidentemente se ha incurrido en algún delito, lo ideal es apoyarse en una auditoría para verificar si esto es cierto no. En este sentido, la simple palabra de alguien señalando a otro no es válida si no viene acompañada de alguna prueba.
- Sistema de denuncia anónima. Por lo general, si alguien ha presenciado algún tipo de acto delictivo, es normal que no quiera verse involucrado en el tema, que tenga temor a algún tipo de represalia o que simplemente no desee que se le identifique como “soplón” y quiera permanecer en el anonimato. Contar con un medio de comunicación anónimo que permita hacer este tipo de denuncias ayuda a que aquellos que hayan sido testigos no se sientan expuestos y puedan señalar a las personas responsables de la acción criminal.
- Observación. Aunque no lo parezca, estar atentos a cualquier cambio en el comportamiento de nuestro personal, de su forma de actuar o de modificaciones en su rutina laboral puede ser un buen indicativo de que algo está pasando y de que hemos de investigar un poco más. De igual modo, si observamos que hay documentos o información faltante o, por el contrario, existen documentos de más, puede ser señal de que algo no marcha bien y de que debemos tomar medidas.
Si mantienes una conducta proactiva y cuentas con un mecanismo de acusación anónima, será más sencillo identificar alguna acción delictiva. Es importante considerar también que tener personal confiable es clave para poder lograr este objetivo. La gran mayoría de delitos dentro de una organización vienen desde dentro y no desde fuera.