La comunicación es la acción consciente de intercambiar mensajes (señales) entre dos o más personas mediante un código común, con el fin de transmitir o recibir información.
Es el puente que nos une con todo lo que nos rodea. Es una parte fundamental de nuestro diario vivir. Es la manera más común de expresión.
Está presente en nuestro interior (soliloquio, reflexión, pensamiento…), en detalles tan sencillos como pedir un taxi o abordar un autobús. Sostiene y nutre nuestras relaciones interpersonales, familiares y laborales.
Teniendo esto en cuenta podemos entender que la comunicación organizacional es la encargada de generar entendimiento entre los miembros de una organización y el público externo.
Desde otra óptica, también podemos ver la comunicación empresarial como el estudio y desarrollo de técnicas o herramientas para la configuración, optimización y facilitación del mensaje, código y canal, entre sus miembros y las diferentes personas que los rodean.
Comunicación eficaz y comunicación eficiente
Por mucho tiempo se ha considerado, de manera equivocada, que la comunicación eficaz y la eficiente tienen el mismo significado, pero no es así.
Para comprender este tema de la mejor manera comenzaremos con las definiciones de estas palabras.
- Eficaz: Según el Oxford Languages, es aquello que produce el efecto esperado, que va bien para determinada cosa.
- Eficiente: Lo que realiza o cumple un trabajo o función a la perfección.
Peter Drucker, abogado y profesor de negocios, considerado el mayor filósofo de la administración del siglo XX, explica con mayor claridad que la eficacia tiene que ver con qué cosas se hacen, mientras que la eficiencia tiene que ver con cómo se hacen las cosas.
Para obtener una mayor comprensión haremos una comparación. La eficacia se enfoca en lo siguiente.
- Resultados.
- Hacer las cosas correctas.
- Alcanzar objetivos.
- Optimizar el uso de los recursos.
- Hacerlo por cumplir.
- Que la meta es el objetivo.
- Ser flexible.
- Hacer el trabajo de otros (si es necesario).
- Ser proactivo (su motivación son las proyecciones a futuro).
Mientras que el enfoque de la eficiencia se basa en lo siguiente.
- Metodología.
- Hacer las cosas de la mejor manera posible.
- Solucionar problemas.
- Ahorrar recursos.
- Perfección.
- La tarea que hace es su objetivo.
- Ser legalista.
- Enseñar a los demás.
- Ser reactivo (mira el pasado para aprender y mejorar).
Ahora que observamos las notables diferencias entre estos términos, surge la siguiente interrogante: ¿cuál comunicación es la correcta para poner en práctica en nuestra organización?
Según el profesor Drucker en su libro The Effective Executive (El ejecutivo efectivo), la unión de ambas nos lleva a la efectividad. La efectividad es el equilibrio o punto medio, entre lo que vamos a hacer y cómo lo vamos a hacer.
Para alcanzar una buena comunicación empresarial puedes hacer esto.
- Poner en práctica el principio de la efectividad.
- Escuchar, ya que podría ser de mucha ayuda conocer las opiniones de quienes te rodean.
- Observar, para darte cuenta de dónde estás fallando.
- Planificar, para concretar las estrategias que has de seguir.
- Estudiar, para descubrir las herramientas que tienes a la mano.
- Delegar, si es posible, en alguien con mayor experiencia en el área.
En conclusión, ya ves que las desigualdades entre la comunicación eficaz y la eficiente son muy evidentes. Pero lo asombroso de este tema es la compatibilidad que existe entre ellas y su capacidad de activar la maquinaria (mejor ambiente laboral, aumento de ingresos, clientes satisfechos, etc.).
Quizás la información que deseas expresar dentro del corporativo, o la idea que intentas enviar a los que te rodean sea la correcta, pero la técnica o el canal que utilizas no sea el adecuado.
Al trabajar juntas, eficiencia y eficacia, proporcionan cierto control y evitan que se desequilibre la balanza, ya que lo que decimos es tan importante como la forma en la que lo hacemos.