Si sufres mobbing por una persona o grupo de personas en tu trabajo y esto te genera desánimo, miedo y hasta enfermedad, la denuncia anónima es la mejor opción para evitarlo o corregirlo.
Pero ¿qué es el mobbing?
Es el acoso laboral, hostigamiento o intimidación que se presenta en tu centro de trabajo por parte de compañeros, jefes o subordinados; se produce de manera continua en lapsos prolongados de tiempo, semanas o meses, pero en casos más graves pueden ser años.
Este hostigamiento tiene como objeto que la víctima termine por renunciar de la empresa a causa de la denigración sistemática a la que se ve sometida.
¿Cómo se puede presentar el acoso?
El hostigador puede utilizar una de las siguientes estrategias o un grupo de ellas para intimidarte, reconócelas de inmediato:
- Insultar, gritar o amenazarte a solas o en presencia de otras personas.
- Asignarte tareas o proyectos con lapsos muy cortos de tiempo con el fin de que no cumplas en el plazo establecido.
- Llenar de trabajo tu agenda y aumentar la presión para su entrega “en tiempo y forma”.
- Disminuir áreas de tu responsabilidad y asignarte tareas rutinarias o sin relevancia.
- Tratarte discriminatoriamente. En ocasiones, a la persona afectada se le ignora o excluye.
- Proporcionarte información incompleta para inducir a mala calidad de tus entregables y exponiéndote ante los demás como negligente.
- Difamarte con información maliciosa.
- No valorar tu trabajo e ignorar los éxitos alcanzados atribuyéndolos a la suerte o el azar.
- Entorpecer tu acceso a cursos o promociones.
- Criticar de manera constante tu trabajo o propuestas.
- Ridiculizar tus resultados en el trabajo, o bien, la religión o ideología que profesas.
- Invadir tu privacidad, interviniendo correos, teléfono o revisando tus documentos y cajones.
- Destruir o sustraer información básica para el trabajo.
- Persuadir a otras personas a participar en las agresiones.
- Atentar contra tu persona física.
Consecuencias
Si padeces una situación de mobbing en la empresa puedes empezar a presentar signos y síntomas que afectarán realmente la calidad de tu trabajo y hasta tu vida personal:
- La autoconfianza en tus capacidades profesionales disminuye.
- Se desarrolla una desvaloración personal.
- Se implanta un sentimiento de culpabilidad y la creencia de que cometiste realmente incumplimientos en tu trabajo.
- Puedes agudizar o desarrollar dolores de cabeza, colitis, estrés, ansiedad, irritabilidad o angustia.
- Puedes incrementar los conflictos familiares con aumento de agresividad o retraimiento.
- Y, finalmente, tu salida voluntaria o forzada de la empresa.
En ocasiones, el acoso no tiene como finalidad la eliminación del compañero o subordinado, sino mostrar el poder del hostigador. El acoso que se llega a presentar en mujeres embarazadas no busca la destrucción de la víctima, sino dar ejemplo de lo que podría suceder para otras mujeres en su condición.
Ante el acoso ¡denuncia!
No te reproches “no haber hecho algo”, la negación y luego la inacción son los principales obstáculos para la solución. Esto es muy común, no creas que con el tiempo se resolverá la situación, de hecho, el acosador cuenta con tu “parálisis” para continuar el acoso.
Si percibes que reconocerlo y enfrentarlo directamente es una gran amenaza a tu integridad, recurre a la denuncia secreta o anónima.
En la mayoría de las organizaciones se cuenta con un buzón especial o con mecanismos electrónicos para informar de incógnito cualquier situación anormal que se presente, utilízalos e informa lo que está sucediendo.
En la mayoría de los casos se designará a un grupo de auditores externos que buscarán evidencia objetiva del problema y, hasta encontrarla, te contactarán para hacer el procedimiento que se requiera ante la Dirección.
Solo denunciando se puede frenar este abuso que es cada vez más común, no permitas que un acosador menoscabe tus derechos y destruya tu vida laboral.
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