21 noviembre, 2018

Cómo escapar de un ambiente de trabajo tóxico

Los ambientes de trabajo tóxicos son tan variados que no es fácil comparar unos con otros y saber si se tratan de lo mismo. En ocasiones es incluso complicado identificar si el problema es que el entorno laboral en el que te desempeñas es tóxico, especialmente cuando tus jefes o compañeros pretenden convencerte de que la percepción es solamente tuya. En cualquier caso, cada uno de nosotros pasa una parte considerable del día en el trabajo; y sumar experiencias negativas o incómodas en cadena es el síntoma más evidente de que tu ambiente de trabajo es tóxico.

¿Cómo afecta un ambiente laboral toxico?

A menudo, el hecho que detona la bomba es la pasividad de los altos mandos ante situaciones de abuso. Una vez que, como empleado, se detecta una actuación que no es tolerable o una situación penosa que se repite constantemente, denunciarlo ante los puestos con más capacidad de decisión puede ser un paso difícil; si estos no responden de manera adecuada, la confianza del profesional en toda la estructura de la compañía se desploma en un abrir y cerrar de ojos.

sumar experiencias negativas o incómodas en cadena es el síntoma más evidente de que algo está fallando

¿Cómo saber si estás en un ambiente de trabajo toxico?

Evidentemente, no toda experiencia negativa supone que estés trabajando en un ambiente pernicioso. Por ejemplo, si en una discusión de trabajo surge un conflicto, puede contaminar el día entero entre dos compañeros con caras largas, malas respuestas y una palabra más alta que otra; pero si esta situación se alarga más allá de un desencuentro puntual y se convierte en una costumbre, puede desembocar en un problema que invada incluso tu vida personal.

 

Da igual que sea un problema grave – como acoso laboral o sexual -, un ninguneo deliberado hacia tus capacidades, un exceso de confianza de tu jefe o un ambiente enrarecido con constantes rencillas y bandos, aunque ni siquiera estés involucrado. Si crees que tu desarrollo profesional sufre constantes zancadillas por culpa de lo que rodea a tu actividad y estás decidido a huir, no te plantees echar marcha atrás.

no toda experiencia negativa supone que estés trabajando en un ambiente pernicioso

Para empezar, es importante que no te centres en los pensamientos negativos, como “dejar el trabajo en este momento es una locura” o “¿Qué pasará si no encuentro una buena alternativa pronto?”. En lugar de provocarte una importante dosis de ansiedad poniendo el foco en los temores, piensa en todo lo que podrías ganar cuando te alejes de un ambiente nocivo: a fin de cuentas, si el entorno de trabajo es lo suficientemente tóxico como para abandonar, cualquier futuro que venga será mejor.

 

Si la situación es muy evidente, incluso si el flujo de toxicidad está especialmente dirigido hacia ti, probablemente no seas el único que se está planteando la fuga a parajes más amables. No pongas tus cartas boca arriba ante cualquiera, pero mantén los ojos abiertos y no pierdas la oportunidad de apoyarte en aquellos compañeros que están pasando por lo mismo que tú. Seguro que has escuchado millones de veces que la unión hace la fuerza: pues es totalmente cierto. Tener una persona sobre la que contrastar visiones te ayudará emocionalmente y te empujará a tomar una decisión de manera mucho más racional y no solo motivada por el cansancio o el malestar.

Si crees que tu desarrollo profesional sufre constantes zancadillas por culpa de lo que rodea a tu actividad y estás decidido a huir, no te plantees echar marcha atrás.

Una vez que debas comunicar tu decisión de marcharte , valora si es importante para ti mantener una buena relación con la empresa que estás a punto de dejar: es posible que no quieras hacer una estrategia de tierra quemada, así que sé cortés y agradece la oportunidad que el puesto que ocupaste y la compañía te han ofrecido hasta el momento; eso sí, no deberías ser excesivamente complaciente y dar a entender que tu marcha está motivada por algo exclusivamente personal. Deben ser conscientes de que están permitiendo un ambiente nocivo que invita a escapar a las personas que desarrollan su profesión, por lo que dejarás claro que eres consciente del problema, ayudarás a la empresa a corregir la actitud que provoca un mal ambiente y, posiblemente, colaborarás a que las personas que continúan tenga un porvenir más prometedor que el que has experimentado.

 

Pero, ¿qué pasa después? Es habitual que en las entrevistas de trabajado que tengas a continuación surja la dichosa pregunta: “¿Por qué abandonaste tu anterior puesto de trabajo?”. Ante todo, deja claro que hiciste lo correcto: sin dar demasiados detalles, debes transmitir que tu experiencia en la compañía no te estaba aportando absolutamente nada, y que probar suerte en otros sitios es un riesgo que tomaste porque estabas seguro de que solo podías crecer fuera. No es ningún crimen dejar un trabajo, aún si no tienes ninguna alternativa en el horizonte: es más, es una opción valiente que demuestra que valoras tus habilidades, que conoces tus capacidades y que eres mucho más ambicioso para que un sueldo sea todo el incentivo que recibes por trabajar.

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