En principio, el Design Thinking, como su traducción lo indica, hace referencia a la idea del «Pensamiento de Diseño». Se trata de una estrategia de innovación que les permite a las empresas crear un método para entender y, de igual manera, solucionar adecuadamente las necesidades de los usuarios. En otras palabras, el Design Thinking es un modelo de trabajo que nos ayuda a diseñar diversas estrategias de mercado.
¿En qué consiste la metodología del Design Thinking?
Básicamente, es una administración del conocimiento. Es decir, un proceso que te permite abordar problemas complejos a lo largo de un proyecto de trabajo. A su vez, este tipo de retos surgen de la elaboración del contenido adecuado para las necesidades de los consumidores. Por lo general, esta gestión se compone de cinco etapas:
- Empatía. En esta primera etapa es necesario que el proceso del Design Thinking comprenda muy bien las necesidades de las personas para quienes está diseñando el contenido. Ya se trate de compañías, grupos o personas individuales, es fundamental entender profundamente el lugar en el que se encuentran. Gracias a la recopilación de esta información se podrá responder adecuadamente a sus respectivas exigencias.
- Definición. Una vez recolectada la información necesaria, es preciso seleccionar y discriminar muy bien la información relevante para nuestro proyecto. Este proceso de selección permitirá enfocar los puntos clave o al menos las estrategias que aporten valor al proyecto. En ese mismo sentido, podremos definir claramente el objetivo y los pasos para lograr lo exigido.
- Idea. Gracias a la recolección de información y a la definición de los aspectos más importantes del proyecto (objetivos y metodología) será ahora necesario idear la manera más adecuada de abordar esos nuevos retos. Debes tomar en cuenta que en esta fase es preciso estar abierto a cualquier tipo de idea que pueda aportar valor al proyecto. Se trata, si se quiere, de recibir y recolectar una lluvia de ideas. Eso permitirá encontrar una opción innovadora en el abordaje de los objetivos.
- Prototipo. Esta es la fase en la que todas las ideas deben ser llevadas a la realidad. Es decir, deben ser recogidas en un modelo visible y evaluable. Solo de esa manera es posible observar errores en el proyecto y corregirlos inmediatamente. La creación de prototipos permite poner a prueba las soluciones y las formas en un resultado final.
- Testeo. Esta es la fase de prueba, donde el prototipo (ya construido sobre la base de los objetivos y de las ideas) es utilizado por los usuarios en tiempo real. Los resultados del testeo mostrarán los límites y los alcances, las carencias y las ventajas del modelo que hemos escogido para solucionar determinado problema. Esta etapa es primordial para perfeccionar el diseño del proyecto.
Cada una de estas fases desarrollan técnicas que no necesitan de un orden de elaboración lineal. Una de las características más importantes del Design Thinking es que es un modelo iterable, es decir, cuyas unidades, trabajando en conjunto y alternativamente, pueden aportar elementos significativos en la construcción del proyecto, sin necesidad de seguir unas reglas claramente preestablecidas. Por ello es importante:
- Generar empatía tanto entre los compañeros de trabajo como con las personas a quienes está dirigido ese contenido. Es necesario ponerse en el lugar de los otros al momento de aplicar las técnicas.
- Trabajar en equipo es fundamental para la consecución de un fin conjunto, una meta que, a su vez, integre todas las demandas tanto de los trabajadores como de los usuarios.
Finalmente, es sumamente útil que dispongas de los materiales necesarios para hacer que el proceso de creación del prototipo (en consecuencia, del proyecto) favorezca la gestión del conocimiento de manera lúdica y proactiva.