Seguramente habrás escuchado más de una vez cómo las empresas se preocupan por mantener un buen clima laboral. ¿Sabías que este no es solo responsabilidad de la administración de la organización sino también de los trabajadores?
Aunque no lo creas, ese dicho de Winston Churchill de que «la actitud es una pequeña cosa que marca una gran diferencia» es totalmente cierta. Pero, ¿cuáles son las posibles consecuencias de una mala actitud en el trabajo?
Actitudes negativas y su impacto en el ambiente profesional
A continuación, te mostramos 6 actitudes y sus consecuencias que pueden afectar el ambiente de cualquier empresa y que deben evitarse a toda costa:
1. Poca adaptación al cambio. El mundo avanza cada día más rápido y si no se está dispuesto a asumir esas diferencias de forma positiva lo más probable es que se vea reflejado en el comportamiento, ya sea atrasando los nuevos proyectos, proporcionando información errónea o conminando a otros a poner trabas.
2. Mobbing. El acoso y violencia laboral son más comunes de lo que creemos. Se presenta como acciones negativas y/u hostiles dentro o fuera del área laboral por parte de los compañeros o superiores. Cuando estas situaciones se salen de control, por lo general desembocan en enfermedades, problemas psicológicos y, en casos extremos, hasta el suicidio de los afectados.
3. Chismes. Hablar de otros definitivamente es una práctica que se debe evitar. Crear rumores genera desconfianza entre los compañeros, además de que los alcances y consecuencias pueden ir desde el despido hasta el involucramiento directo en el chisme con consecuencias a nivel personal.
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4. Quejas y comentarios negativos. Quejarse en un trabajo no siempre es malo. Pero si quien se queja lo hace constantemente y lo adereza con comentarios negativos, el ambiente se vuelve incómodo para todos aquellos alrededor del “quejoso”. Esto puede llevar a que baje el rendimiento individual, se fracture el trabajo en equipo o se margine al emisor de comentarios negativos con tal de ya no escucharlo.
5. Irresponsabilidad. Reconocer que nos equivocamos por lo general es complicado. Así que, si además de hacer las cosas mal no se reconoce el error, esto trae graves consecuencias, las cuales van desde el atraso de los proyectos y baja productividad hasta, en los peores casos, a echarle la culpa a otros compañeros afectando a terceros directamente.
6. Baja inteligencia emocional. El tomarse todo personal y no saber separar la parte laboral, puede generar muchos conflictos, sobre todo cuando las reacciones son magnificadas. Triunfar se vuelve complicado y las relaciones con los pares se vuelven delicadas y hostiles, predominando las discusiones sin sentido y menguando la productividad en los equipos de trabajo.
Cómo reaccionar en una situación de mal clima laboral
Debemos estar conscientes que una mala actitud no es causa de rescisión laboral a menos que se esté afectando no solo al trabajo propio sino al de terceros. Dicho lo anterior, algunas alternativas son las siguientes:
- Llamar la atención a quien presenta actitud negativa de forma que tenga oportunidad de corregirse antes de que pase a mayores.
- Que el departamento de RH evalúe la razón del deterioro en las actitudes y ayude al trabajador a buscar una solución.
- Fomentar una cultura de respeto y empatía en la organización.
- Motivar a los trabajadores para ser mejores cada día.
- Capacitar al personal con respecto a temas de inteligencia emocional y desarrollo humano.
Con una buena detección temprana y orientación podemos reducir el impacto de una mala actitud al mínimo. Lo ideal es que las empresas cuenten con espacios que conminen al trabajador a solucionar sus problemas dentro de un ambiente de empatía y respeto.