La reputación empresarial es un elemento primordial para crecer en el mercado, ya que es un activo que puede diferenciar a tu empresa de la competencia, al construir una imagen basada en las buenas prácticas y un comportamiento ético intachable.
Importancia de la reputación en una empresa
La reputación es sinónimo de “buena opinión” y, para muchos proveedores y hasta clientes, es necesario hacer un background check de las empresas y productos que consumen para ser conscientes de que depositan su confianza en una organización socialmente responsable.
Debemos recordar que a lo largo de la historia, muchas organizaciones han pasado del éxito al fracaso comercial en poco tiempo por conductas y prácticas inapropiadas que han sido objeto hasta de alguna denuncia anonima, lo que ha generado crisis corporativas que afectaron a la credibilidad de la empresa.
Factores que hacen perder la reputación a tu empresa
Si deseas evitar estos tragos amargos en tu empresa y ver mermada su reputación, producto de malos comentarios o de un sistema de denuncia, es indispensable que identifiques algunos de los factores que pueden influir en esta.
Entre ellos se encuentran:
1. Falta de comunicación
En plena era digital, los usuarios tienen acceso a grandes cantidades de información a través de diversos medios tanto tradicionales como digitales. Por ello, la estrategia de comunicación y marketing de una empresa debe abordar de forma eficiente todo el espectro mediático, sumando también los canales de comunicación interna y canal de denuncias anónimas, para construir un sistema sólido de comunicación. Sin embargo, muchas empresas no le dan voz a los clientes (ni mucho menos a su personal), lo que representa un grave error de comunicación corporativa.
2. Servicios o productos de mala calidad
No cumplir lo que prometes a través de tu publicidad o promociones, producirá un efecto búmeran, que tarde o temprano causará impacto en lo más importante para tu empresa: las ventas. Si tu empresa ofrece productos y servicios de baja calidad, automáticamente comenzará una ola de desacreditación que afectará su imagen y su estatus en el mercado. Esto suele ocurrirles a empresarios que sacrifican la calidad de sus materias primas o contratan personal poco calificado con el fin de reducir los costos y obtener un mayor margen de ganancias.
3. No escuchar las opiniones de los consumidores
Una mala estrategia comunicacional tiene su génesis en el tratamiento inadecuado de la relación con los clientes. La fidelización no termina cuando logramos venderle el producto a un cliente, ese es solo el principio. Más adelante, las estrategias posventa permiten abrir un canal sincero para tomar las impresiones de los clientes y recibir una retroalimentación realmente productiva. En estos tiempos de cambios, saber escuchar es más valioso que saber vender, y lo mejor es que es gratis.
4. Dificultades en las relaciones laborales
Nada más perjudicial para una empresa que su casa se queme por dentro, es decir, que el clima laboral sea tenso, esté rodeado de conflictos y un ambiente tóxico. Aunque solemos desestimarlo, la opinión de nuestro personal, incluso aquel que se retira voluntariamente, es tan importante como la de los clientes.
5. Carencia de sostenibilidad empresarial
Cada día, la preocupación por el medioambiente y la crisis climática toma más auge. En este caso las empresas, sobre todo aquellas con un gran gasto de recursos naturales, deben afinar sus operaciones a la nueva “ola verde”. De no ser así podría ser objeto de críticas por parte de defensores ambientales, público en general y autoridades oficiales; nadie, en estos momentos, quiere ser tildado como un contaminador inconsciente.
Así, tendrás una visión clara de cómo construir una reputación corporativa sana y convivir en armonía dentro del entorno social donde opera tu organización.