El trabajo es uno de los aspectos predominantes en la vida de la mayoría de las personas. Tal vez ya hayas tomado consciencia de que pasas más tiempo con tus compañeros de trabajo que con tu propia familia. Por ello, es de suma importancia que puedas mantener relaciones satisfactorias en tu centro de trabajo. Sin embargo, a pesar de que sabemos que los seres humanos debemos vivir en sociedad y convivencia con los demás, construir relaciones interpersonales saludables es más complicado de lo que parece.
Desde pequeños, aprendemos que cada uno de nosotros somos diferentes. Todos tenemos distintos intereses, motivaciones, habilidades y experiencias que, en su conjunto, van conformando nuestra personalidad, que nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida en todos los aspectos y ambientes en los que participamos.
Relaciones interpersonales en el trabajo
Cuando te inicias en un nuevo trabajo, haces todo lo posible por integrarte de la mejor manera con tus compañeros, buscando no solo cumplir con tus objetivos, sino también propiciar un ambiente de trabajo agradable. Como ya dijimos, ¡gran parte de tu vida la pasas en el trabajo!
Además de la relación con tus compañeros, hay una relación que es tal vez la más importante dentro de tu vida laboral: la relación con tu supervisor. Mientras le reportes, si tu supervisor hace un buen trabajo, te proporcionará las herramientas y guía necesarias para que tengas éxito.
Sin embargo, si tu relación no es buena, tu supervisor podría convertirse en una fuente de frustración para ti y tus compañeros, lo que a la larga puede terminar convirtiéndose en tu peor pesadilla laboral, de la que puede ser difícil escapar. Por eso, es importante que prestes atención al comportamiento de tu supervisor para entender si va a convertirse en un apoyo o en un obstáculo para tu desarrollo.
Características de un supervisor
Los supervisores pueden demostrar conductas y actitudes que pueden fomentar o detener tu desarrollo. A continuación, te presentamos algunas características que son muy importantes para que puedas identificar el estilo de tu supervisor.
Características positivas:
- Es organizado y comunica claramente objetivos y metas.
- Da seguimiento a los avances del equipo para asegurar que se cumplan.
- Proporciona los recursos necesarios a su personal para que realicen su trabajo.
- Reconoce a los empleados cuando tienen algún acierto y proporciona retroalimentación constructiva cuando cometen errores.
- Mantiene un nivel adecuado de motivación y busca que su equipo siga aprendiendo y desarrollándose, tanto en conjunto como de manera individual.
Características negativas:
- Genera desconfianza entre su equipo al propiciar un ambiente desigual o excesivamente competitivo.
- Muestra favoritismo dentro de su equipo, ya sea en temas de compensación o de carga laboral.
- Se apropia del trabajo de los demás o no les da el reconocimiento necesario a las personas a su cargo.
- Muestra poco interés en el bienestar personal de los empleados a su cargo.
- Tiene actitudes que pueden parecer agresivas o amenazantes hacia alguno o todos los miembros de su equipo.
Si crees que tu supervisor está teniendo actitudes negativas, discriminatorias, abusivas o que de una u otra forma te afectan negativamente, ¡levanta la voz! Hay muchos recursos disponibles que te pueden resultar útiles para encontrar una solución. Una opción es que te acerques a tu representante de Recursos Humanos dentro de tu empresa para pedirle apoyo y consejo.
Sin embargo, si prefieres asesoría externa, puedes realizar una denuncia anonima, mediante la que recibirás orientación y apoyo para solucionar el problema antes de que te afecte negativamente. Tienes derecho a condiciones de trabajo positivas, que te permitan desarrollarte como ser humano, así que ¡no te calles! Asesórate y lucha por tener el ambiente laboral que te mereces.