La corrupción es un dilema realmente preocupante que poco a poco se ha ido saliendo de control, llegando a afectar a todo tipo de área y actividad económica. Es por lo anterior que no queremos que tu empresa haga parte de dicha lista, así que te queremos compartir algunos consejos para evitar este flagelo en tu organización.
La corrupción hace parte del espectro de la delincuencia, en donde una empresa o personas que se presentan en representación de una, actúan de manera cuestionable a fin de encontrar un beneficio, esto dejando de lado las jurisdicciones y normativas existentes. Dentro de este flagelo encontramos delitos tales como:
- De cuello blanco: dícese de las actuaciones cometidas por los representantes de las empresas quienes en su mayoría son directivos y personas de gran poder e influencia en la misma.
- Crimen: dentro de esta categoría encontramos el conocido crimen organizado. Su característica central es el uso de las empresas u organizaciones para cumplir propósitos ilegales, como lo es el lavado de dinero, el enriquecimiento ilícito, entre otros.
- Corrupción política: en gran parte de los contextos, las empresas se alían con la parte turbia de la política a fin de facilitar sus crímenes desde la protección de las autoridades.
Las modalidades más comunes que podemos encontrar en un acto de corrupción son:
- Falsificación y manipulación de estados contables.
- Uso ilegitimo de información.
- Soborno.
- Publicidad engañosa.
- Fraude.
- Evasión fiscal.
Ya que conocemos un poco el panorama, veamos las maneras en las que puedes evitar la corrupción en tu empresa:
La ética organizacional es el pilar que permite el avance empresarial, determina las maneras correctas de proceder y los principios clave que han de seguir los empleados, directivos y demás involucrados con las operaciones de la empresa. Por ello el primer paso al desarrollo, lo encontramos en el fortalecimiento de la ética y de su promoción en el personal.
De igual modo, es necesario tener en cuenta que, como jefe y directivo, tienes en tus manos el deber de construir la integridad en tu empresa; mientras que tú como empleado, tienes el de forjarla y mantenerla a lo largo de tu camino laboral.
Así pues, aplica los siguientes aspectos:
- Código de conducta: los protocolos de ética organizacional, los manuales y el fortalecimiento de la cultura, son fundamentales a la hora de mantener un estatus quo de comportamiento en la empresa.
- Eliminación de riesgos: la revisión y el constante control de los procesos ejecutados en la empresa, en especial a lo que tiene que ver con los externos, te ayudarán a identificar las posibles fuentes de corrupción. En caso de ser necesario puedes adquirir la asesoría profesional de una consultoría especializada.
Ahora bien, es necesario además que se preste total atención en los procesos de contratación y en los perfiles de los aspirantes.
- Atención a los contratos: revisar las maneras en las que se desarrollan los contratos, los valores a tratar y las empresas con las que nos vamos a aliar, es de gran ayuda para determinar los protocolos que se deberán seguir unidos a las normas. Aquí es donde la ética más presente estará, ya que los contratos deberán estar relacionados con su cumplimiento.
- Integridad de arriba hacia abajo y viceversa: volvemos a decirlo, como líder y directivos la ética debe ser un punto a aplicar; dar ejemplo y gestionar los protocolos y su promoción en los empleados, hace que todo sea retributivo y constante.
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Así pues, revisa los códigos de ética de tu empresa, enfócate en su cumplimiento y sé una parte importante en la sociedad diciéndole NO a la corrupción. La salida fácil no es siempre la respuesta.