Si existiese una estadística creíble sobre todos los actos de corrupción en el trabajo que suceden en este país, observaríamos que tanto las empresas públicas, como las privadas incurren en los mismos hechos, todos basados en la deshonestidad y de la amoralidad que está invadiendo las mentes y las conductas de los ciudadanos, es ante este panorama que surge la pregunta colectiva: ¿Cómo acabar con la corrupción?
En nuestros países latinoamericanos, dada la poca consistencia de sus sistemas judiciales y la ausencia de una educación promotora de valores, la gran mayoría ve en la ilegalidad la forma idónea y fácil de acumular riquezas. Ya no es una traba la posibilidad de que a alguien lo tilden de corrupto; por el contrario, la ostentación de lujos y derroche catapultan hacia el prestigio social, independientemente de lo que se haya tenido que hacer para llegar hasta esas posiciones.
Te contamos cómo medir la honestidad laboral.
En todos los niveles
Por estas razones encontramos a empleados bancarios que se otorgan tarjetas y créditos, aprovechándose de sus cargos y presidentes de empresas que se prestan para lavar dinero de la corrupción gubernamental o del narcotráfico. Hay actos de corrupción en todos los niveles, mientras que las denuncias de los mismos cada día disminuyen por la poca atención que se presta y por las implicaciones de tener que dar la cara y enfrentarse a enemigos poderosos que ponen en riesgo su vida y la de sus familias.
Empresas y gobierno
En la revista Forbes, con datos sobre hechos de corrupción en México durante 2016, se asegura que el 64,6% de las empresas mexicanas incurrieron en hechos de corrupción para agilizar trámites; un 39,4% para evitar multas o sanciones; un 30,7% para obtener permisos o licencias; un 29,7% para evitar clausuras y un 29,3% para pagar menos impuestos.
La lista continúa con un 25% que pagó para evitar inspecciones; 22,2% para obtener un servicio; 18,3 para evitar el cumplimiento de la ley; 13,9% para ganar contratos gubernamentales, y un 12,9% para participar en licitaciones.
Los involucrados
Datos acumulados por la consultora Deloitte indican que el 58% de las empresas mexicanas aseguran haber estado incursas en algún tipo de delito económico o fraude durante los últimos años, estableciéndose en la misma encuesta que el 63% de los directores de estas compañías reconoce que el principal responsable de defraudar es el propio colaborador.
Corruptores y corruptos
Esta unión de corruptores y corruptos se basan en justificaciones que van desde la necesidad de preservar el funcionamiento de la empresa, hasta la obtención de los beneficios individuales para el actor directo de estos actos.
Fernando Senties, fundador de la Asociación Mexicana de Profesionales de Ética y Cumplimiento (AMPEC) y director de AMITAI, señaló recientemente a Índice Político, que muchas veces son las empresas que imponen estos actos y casos de corrupción para alcanzar sus objetivos económicos sin importar los medios.
Por ello recalcó la necesidad de establecer mecanismos en las empresas que solidifiquen su ética, sus valores sociales y laborales por medio de instrumentos, con el fin de hacer cumplir sus objetivos de manera honesta y de la mano con el ambiente de honestidad que debe existir dentro del funcionamiento de la empresa.
Prevención
Dijo que los escenarios de corrupción deben preverse desde el mismo momento de realizar la selección del personal, descartando los candidatos que pudieran estar inclinados a aprovechar las debilidades existentes en el lugar de trabajo para sacar provecho del mismo.
Por otra parte, hizo hincapié en que la evaluación debe ser constante, ahorrándose con ello el costo de lidiar con los procesos que esto involucra y el desmejoramiento del clima laboral tan necesario en el desenvolvimiento de las empresas.